San Telmo, alma porteña – (español)
San Telmo es un pequeño barrio de la ciudad de Buenos Aires y uno de los mas viejos. Este barrio todavía conserva la esencia de la antigua Buenos Aires y por sus callecitas cubiertas de adoquines, se respira el verdadero aliento porteño. Todos los íconos porteños se unen en este rincón de la ciudad, creando una atmósfera mágica: la feria de artesanías, el mate, el fileteado, las parrillas, las tiendas de antigüedades y diseño, un bar donde poder escuchar tango, beber un café, un vino o cerveza con los vecinos del barrio. San Telmo existe desde la fundación de Buenos Aires, en 1580, y se ha desarrollado en torno a la iglesia de Nuestra Señora de Belén; nació como aldea de los trabajadores del puerto, y en poco tiempo se volvió en barrio lujoso, habitado por las familias más ricas, más tarde a causa de la epidemia de fiebre amarilla de 1871 se convirtió en un barrio abandonado y pobre, y hoy en día, a causa de estos acontecimientos históricos, San Telmo se convirtió en un nostálgico lugar donde los artesanos, artistas callejeros, bailarines de tango, vendedores ambulantes y personas sin hogar, se funden con la gente del barrio y con los turistas en un popurrí de colores, músicas y culturas.
Pero ¿qué hay de especial en este barrio? ¿Por qué el visitante que pasa por San Telmo queda hechizado? Isabel Bláser, de El Sol de San Telmo (www.elsoldesantelmo.com.ar) escribe: “En el caso de San Telmo, lo que es seguro es que no se puede ser indiferente porque destila inquietudes de todo tipo debido a la variedad de gente que se relaciona con él. San Telmo es la vida misma. Por eso sorprende, porque no sabemos con qué nos podemos encontrar en cada momento. Y esto no es bueno ni malo, solo es así”.
San Telmo es el barrio donde sobrevive el alma porteña y la nostálgica memoria de esa época dorada de la capital argentina.
Música de cámara
Pasión de futbol
Gente que se sienta por la calle
Malena canta el tango, como ninguna
El Gol de San Telmo
Jugo frío y garrapiñada calentita
Tango callejero
Gardelito vive
Mercado de San Telmo
Dos amigos al bar, Plaza Dorrego
Argentina y Alemania
Tributo al Che, Calle San Lorenzo
Fiorella y Luna: filateado
Colabore con Gardelito
Bar en la calle Brasil
Pies descalzos
Un fernet en un bar de la Plaza Dorrego
¿Querés bailar un tango?
Mercado de barrio
Religiosidad callejera
San Pedro González Telmo, Nuestra Señora del Belén
Vivir en San Telmo
Amanece en San Telmo,
ciudad del jubiloso domingo porteño.
El campanario, en la Iglesia San Pedro centenaria,
reverbera al son de una mística plegaria,
cuando el aljibe de Plaza Dorrego
se adorna de abalorios, bronces, porcelanas,
y, en sutil acuarela del pasado,
se enlaza al vuelo añil de palomas y nostalgias.
Atardece en San Telmo…
Ciudad adoquinada con histórico vaivén,
donde insignes prohombres cimentaron Patria,
y pintaron el cielo, los patios, los balcones,
con entrañable cinta azul y blanca.
Anochece en San Telmo…
Ciudad antigua, escolta de los árboles
y alborozadas aves del Parque Lezama,
del trajín bullicioso del Mercado,
del sonar de un candombe misterioso
y un tango celebrado en Defensa y San Lorenzo,
evocando al retrato Fileteado
del sonriente Carlitos Gardel.
Soy habitante de San Telmo,
de sus calles con signos del ayer,
zaguanes con glicinas
y faroles que sueñan con malevos,
columnas esculpidas por atlantes
y la voz tan augusta de Rivero
brotando un duende en el Viejo Almacén.
Amo admirar la noche de San Telmo
y ver el cielo tan cercano, sublime, arcano,
hasta alcanzar la luna en Perú y Humberto Primo.
Amo adherirme al sol pleno de mi barrio,
que, abrazado a mi casa, como un reino,
me alberga con el alma
acariciando un sueño.
(Susana Lisotti)
